jueves, 17 de septiembre de 2015

MICRORRELATO: "MISTRESS TAYLOR"

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo intento de escribir un microrrelato.
Esta vez, sería un "one shot" muy pequeño de una de las novelas más famosas de Lisa Kleypas, Donde empiezan los sueños. 
Tengo un "fanfic" de esta novela a punto de que vea la luz, pero, de momento, os dejo con este "one shot".
Ambos tienen a la misma pareja protagonista, una pareja que, en la novela, pasa demasiado de puntillas y que debía de tener su propia historia debido a la química y a la pasión que ambos desprenden y que no demuestran más que en la escena en la que ambos se miden (preciosa, por cierto).
Son Elizabeth, la hermana de Zachary, y Jason, el primo de Holly.
Mistress Taylor es el nombre de este microrrelato, que deseo sea de vuestro agrado.

MISTRESS TAYLOR

ISLA DE BUCK AIT, EN EL RÍO TÁMESIS, 1857

               Han pasado veintiséis años. 
                       Veintiséis años en los que me he convertido en mistress Taylor. El amor que siento hacia mi marido ha ido creciendo con el paso de los años. Sólo nos tenemos el uno al otro. Vivimos en esta casa que es nuestro hogar. Nos relacionamos con los pocos vecinos que tenemos.
                      La verdad es que no me importa. No he tenido más amiga en toda mi vida que Holly. Es mi cuñada.
                      En realidad, es lo más cercano que tengo a una hermana.
                       Antes de ser mi cuñada, me enseñó todo lo que una joven de buena cuna debe de saber. Aunque no soy de buena cuna.
                       Gracias a Holly, entré en la alta sociedad londinense. 
                      Jason ha desarrollado todo su potencial creativo aquí. De vez en cuando, viajamos a Londres.
                       Sinceramente, me aburro en Londres. Cuando era más joven, encontraba maravillosa aquella ciudad. Poder asistir al teatro. Ir a un baile en Almacks. Dar un paseo por Hyde Park. Yo he crecido cerca del muello. Mi hermano ha hecho de todos para sacarnos adelante a nuestra madre y a mí. Incluso, se ha dedicado al boxeo. ¡Al boxeo! No se lo ocultó a mi cuñada.
                       He trabajado como modista. Fantaseaba con la idea de ponerme uno de los lujosos vestidos que solía coser. Una fantasía que no me abandonaba nunca. Ni siquiera mientras curaba a mi hermano Zach cuando regresaba a casa tras haberse enfrentado a alguien en combate. Mi madre me decía que tenía la cabeza en las nubes. Quizás, tenía razón la pobre. O no...
                       Jason ha hecho la vista gorda con mi origen dudoso. Dice que eso no le importa. 
                      Tampoco le importa los orígenes humildes de mi madre y de mi hermano. No se casó conmigo por el dinero. Mi hermano me entregó una dote digna de una Reina. Parece que hemos dejado el pasado atrás. 
                        Lo único que me atormenta es el no haberle podido dar un hijo a Jason. No me he quedado embarazada en los veintiséis años que llevamos casados. Hace poco, llegué a pensar que podía darle, aunque fuera tardío, un hijo a Jason. Sin embargo, el médico me dio una noticia demoledora. Mi menstruación ha empezado a retirarse. Me estoy secando por dentro. 
                      Jason se sienta a mi lado en el sofá que hay en el saloncito mientras tejo una manta con la que cubrir nuestra cama. Dormimos en la misma habitación. 
                     Me dice que soy lo mejor que le ha dado la vida. Que no sabría vivir sin mí porque me necesita hasta para respirar. ¿Cómo puede hablarme así después de tanto tiempo casados? Me veo reflejada en sus ojos cuando le miro con adoración. Nuestra vida en Buck Ait es una vida tranquila. 
                      Zach, mi hermano, y Holly, mi cuñada, nos escriben largas cartas. Hace unos pocos años que mi madre falleció. La vida ha seguido su curso. Pero su ausencia sigue doliéndome mucho. 
-No veo a Zach ni a Holly ni a mis sobrinos-me lamento. 
                       Pero tengo a Jason a mi lado. 
                       Me parece algo extraordinario amarle.
                       Me parece algo extraordinario que todas las noches se una a mí en la cama para amarme.
                       En esos momentos, ya no parece que yo tenga cuarenta y seis años ni él parece que tenga cincuenta. Ya no me siento tan vieja.
                      Comienza a acariciar mi cuerpo con sus manos. Me mordisquea en el lóbulo de la oreja. Me besa en un hombro.
                       Vuelvo a sentirme joven. Mi cuerpo rejuvenece cuando estoy cerca de Jason. Mi amor por él ha ido creciendo con el paso de los años. Me aterroriza la idea de perderle.
                       Sus labios se apoderan de mis labios. Nos fundimos en un beso tras otro beso. Son besos largos. Nos damos besos apasionados.
                       Me susurra palabras de amor que sé que son sinceras.
                       Llena de besos mi cara. Recorre con su boca mi cuello. Su lengua lame mis pechos, que todavía son firmes.
                      Y disfruto cuando me estrecha entre sus brazos. Cuando me hace suya y nos fundimos en un solo ser.
                       ¿Cómo puedo amar tanto a una persona?

FIN


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