viernes, 8 de agosto de 2014

CERCA DEL MANANTIAL

Hola a todos.
Hoy, os traigo un nuevo fragmento de mi relato Cerca del manantial. 
Lo cierto es que el fragmento de hoy es más pequeño que de costumbre por falta de tiempo.
Aún así, espero de corazón que os guste.

                                  Rebeca terminó de escribir la carta.
                                  La releyó de nuevo. La leía y la volvía a leer. Era una carta que le había escrito a Lucas.
                                  El cabello de Rebeca era de color rojo oscuro. En aquel momento, lo llevaba suelto.
                                  Sus ojos se llenaron de lágrimas. Recordaba cómo Lucas la había cortejado. Recordaba cómo ella había coqueteado con él en un esfuerzo por captar su atención. Y recordaba cada uno de los besos que le había dado.
                                 Su tía Anabel debía de pensar que era una perdida. Pero Rebeca no se había entregado a Lucas, por lo que mantenía su virginidad intacta.
                                 En aquel momento, su prima Alicia entró en la habitación para cepillar su cabello y recogérselo en un moño. Rebeca se puso de pie y Alicia la envidió.
                                 Rebeca era una joven alta y esbelta. Sus mejillas siempre estaban sonrosadas. Y se le formaban dos curiosos hoyuelos en las mejillas cuando sonreía, lo cual siempre ocurría cuando Lucas estaba en Montaña Clara. Pero Lucas se había ido. Y Rebeca no había vuelto a sonreír.
                                Alicia la abrazó cuando se dio cuenta de que su prima estaba llorando.
-Sé que Lucas ha muerto-afirmó Rebeca-Mientras le escribía esta carta, me asaltó una visión. Le vi tirado en el suelo, en mitad del desierto. Estaba sangrando. Y sus ojos y su boca estaban abiertos de una manera espantosa. Y...
-¡Basta!-le ordenó Alicia, asustada-¡No sigas hablando, Rebe!
-Lucas ha muerto, Ali. ¡Mi corazón me lo dice!
-Tu corazón debería de pensar todo lo contrario.
                               A petición de Alicia, Rebeca aceptó salir a dar un paseo con su prima.
-¡No es justo que te ocupes de mí!-protestó Rebeca-Soy más mayor que tú. Y estás enamorada. Deberías disfrutar de tu primer amor.
-¿Qué estás diciendo?-se asombró Alicia.
-Te vi con ese joven en el manantial. Hay algo entre vosotros.
-¡Casi no le conozco!
-¿Tú no crees en el amor a primera vista? ¡Pues yo sí creo en el amor a primera vista! Fue así como me enamoré de Lucas. Fue amor a primera vista. Y a ti te ha pasado lo mismo.
                             Dieron un paseo por El Llano de Aljibe. Rebeca todavía no podía mantenerse de pie por sí misma.
-¿Por qué no hay un médico permanente en este lugar?-se preguntó Alicia en voz alta.
                             Rebeca sentía que todo le daba vueltas.
-Llévame de vuelta a casa-le pidió a su prima.

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