lunes, 18 de noviembre de 2013

EL VAMPIRO

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros un fanfic que escribí no hace mucho. Es bastante corto. Se trata de un relato corto en el que mezclo la novela de Polidori El vampiro con uno de los libros de la saga Knigh de Galeen Foley, Pecados inconfesables. 
Lord Ruthven, el vampiro creado por Polidori, se siente atraído por la hermosa lady Parthenia Westland. Este personaje es un secundario de Pecados inconfesables. La novela en sí no me gustó nada, pero el personaje de lady Parthenia sí me llamó poderosamente la atención porque tiene bastante potencial para protagonizar su propia historia. Lástima que la autora no le diera una oportunidad.
Lo he dividido en tres partes.
¿Qué podría pasar entre esta refinada aristócrata y un sanguinario vampiro?

EL VAMPIRO

LONDRES, 1818

                    Lady Parthenia Westland era una joven esbelta. Sus facciones estaban muy bien definidas. Sus ojos eran de un bonito color gris. Llevaba su cabello rubio plateado recogido en un moño a la moda. Se sentía un tanto incómoda en el concurrido salón de baile de Almacks. Buscaba con la mirada a su prometido, lord Draxinger. Sin embargo, parecía que su futuro marido se había escondido. Frunció el ceño al imaginar la vida que le esperaba a su lado. Ya no sabía si lo amaba o si sólo se había tratado de un capricho pasajero. 
                    A su lado, se encontraba Rebecca Ward, con quien lord Alexander Knight, hermano menor de uno de los aristócratas más influyentes del país, iba a casarse en breve. Toda la ciudad hablaba acerca de que lord Alec iba a contraer matrimonio con ella porque estaba deshonrada. Becky, como la llamaba todo el mundo, se decía así misma que su futuro marido la amaba. ¿No se lo había demostrado físicamente muchas veces? Si bien era cierto que la pasión entre ambos se había esfumado tras el anuncio del compromiso. 
                 También parecía que su futuro marido se había escaqueado de la fiesta. Lady Parthenia reprimió un bostezo. 
-Veo que tú también te aburres-observó Becky. 
-Me están entrando ganas de irme-admitió Parthenia. 
-No puedes irte. Tu prometido pensará que le has dejado plantado. 
-Mi prometido debe de estar en alguna habitación con alguna dama casada aburrida. Conozco bien la reputación de Piers, Becky. Nunca cambiará. 
-Alec ha cambiado mucho desde que me conoce. 
-¿Lo crees en serio? 
                 En aquel momento, hizo acto de presencia en el salón lord Ruthven. 
                 Tanto lady Parthenia como Becky le conocían de vista. Lord Ruthven era realmente un hombre atractivo. Había algo en él que llamaba poderosamente la atención de lady Parthenia. No sabía lo que era, pero se sentía atraída por él. 
-Voy a saludarle-le comentó a Becky. 
                  La joven contempló con temor al recién llegado. No terminaba de gustarle. 
                  Lord Ruthven le dedicó una sonrisa a Parthenia cuando se acercó a ella. 
-Buenas noches, milady-la saludó. 
                  Cogió su mano y se la besó cortésmente. Pero, al sentir los labios de lord Ruthven sobre su mano, un escalofrío recorrió la columna vertebral de Parthenia. 
-Es un placer verle por aquí, milord-comentó la joven-No suele dejarse ver por estos lugares. 
-Almacks me aburre soberanamente-admitió lord Ruthven-Pero sabía que la vería aquí. Siempre es un placer hablar con usted, milady. 
                  Parthenia esbozó una sonrisa. 


                    El hechizo se rompió con la aparición de lord Draxinger. Parthenia observó que su prometido llegaba arreglándose la ropa. Frunció el ceño cuando lo vio acercarse a ella. Le dedicó un frío saludo a lord Ruthven. 
-Creo que ha llegado el momento de que pase un rato con mi prometida-afirmó con petulancia. 
                  Lord Ruthven clavó su gélida mirada en lord Draxinger. Aquel hombre no era digno de una muchacha como lady Parthenia, pensó. Cada vez que la veía, aumentaba su deseo de saciarse en ella. 
                  Era su dulce tortura. 
-Discúlpenos-se excusó Parthenia-Pero mi prometido me reclama una pieza. 
-No faltaba más-dijo lord Ruthven-La dejo libre. 
                  Parthenia siguió a lord Draxinger hasta la pista de baile. 
-¿Dónde te habías metido?-le preguntó-Te estaba buscando por todas partes. 
-No te he visto muy preocupada por mí-respondió el hombre con indignación-Después de todo, te he encontrado hablando con lord Ruthven. Ese hombre no me gusta nada, querida. Tiene muy mala reputación. 
                 Parthenia se rió con sarcasmo. 
-¿Tiene peor reputación que tú?-ironizó. 
                  A medida que iban pasando los días, sentía cada vez más dudas acerca de si estaba haciendo bien o no en casarse con lord Draxinger. Bailó aquella pieza, un vals, con él. 
-He oído toda clase de rumores acerca de él-insistió su prometido-Rumores acerca de sus gustos. 
-¿Le gustan los hombres?-inquirió Parthenia. 
-No esa clase de gustos. Es...No lo entenderías. 
-Instrúyeme. 
                  El enfado de Parthenia iba en aumento. Lord Draxinger veía que su prometida estaba cada vez más alejada de él. Era cierto que se sentía atraído por ella. Pero también necesitaba la dote de Parthenia para poder pagar a sus numerosos acreedores. No quería terminar como había terminado Alec. Convertido en el querido pagado de una dama como Eva Campion. 
-No quiero discutir contigo en este momento-dijo lord Draxinger-Nos está viendo todo el mundo. 
-Te ha visto todo el mundo irte-le recordó Parthenia-Haré honor a mi apodo, Piers. Vas a casarte con La Reina del Hielo. Yo tampoco quiero discutir contigo. Pero me duele que me estés engañando aún antes de casarnos. 
                   De manera discreta, lord Draxinger llevó a su prometida hasta el balcón. 
                  Parthenia no era ninguna boba. Tenía que convencerla de que nunca la engañaría. Pero eso era muy difícil de conseguir. 
                  No pudo lograr su objetivo. Lord Ruthven apareció en aquel momento. La pieza ya había terminado. 
-¿Me concede este baile, milady?-le preguntó a Parthenia. 
                  La joven se sintió visiblemente aliviada de poder alejarse de lord Draxinger. 
-Por supuesto...-respondió. 
                   Había algo en los ojos de lord Ruthven que la atraía. No sabía a ciencia cierta lo que era. 
-La noto un poco incómoda-observó el joven aristócrata-Espero que ese hombre no la haya estado importunando. 
-Es mi prometido-le recordó Parthenia. 
-No parece muy contenta con él. 


                Lo último que quería era hablar de sus problemas de pareja con lord Ruthven. Sin embargo, tenía que admitir que su compromiso con Piers Draxinger era un error. Y tenía que solucionarlo lo antes posible. De lo contrario, acabaría casada con él. 
                 Está muy frío, pensó Parthenia al sentir la helada mano de lord Ruthven rodeando su cintura. No es normal que un hombre esté tan frío. 
-Ahora, la veo incómoda conmigo-sonrió lord Ruthven. 
                 El corazón de Parthenia comenzó a latir muy deprisa. 
-Tengo la sensación de que lo sabe todo sobre mí-se sinceró-Pero yo no sé nada acerca de usted. 
-Sólo quiero que sepa una cosa-dijo lord Ruthven-La admiro sinceramente. 
                 Al terminar el vals, lord Ruthven besó la mano de Parthenia. Podía sentir cómo la sangre de la joven corría por sus venas. Hizo un gran esfuerzo por no saltar sobre ella delante de aquellos estúpidos. Parthenia no era como ellos. 
                    Becky se acercó a su amiga y la miró con preocupación. 
-Normalmente, no estoy de acuerdo con Piers-comentó-Pero no deberías de relacionarte con lord Ruthven. No me gusta nada ese hombre. 
-Es sincero-afirmó Parthenia-Es raro. Pero es honesto. 

Mañana, la segunda parte. 
¡Hasta mañana! 

3 comentarios:

  1. Uy yo adore ese libro de Foley y me encanto como has descrito y lo que has hecho hasta ahora con tu relato. Te mando un beso y te me cuidas mucho

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    1. Me alegro mucho de que te esté gustando este relato.
      Te invito a que sigas leyendo.
      Un fuerte abrazo, Citu.

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  2. Espero que Parthenia atienda a la luz roja que esta disparando Lord Draxinger. Me gusto tu relato, seguiré leyendo.

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