sábado, 20 de julio de 2013

NO ROMPAS MI CORAZÓN

Hola a todos.
¿Qué tal el verano? Aquí, en La Unión, los veranos son sofocantes. Superamos los 30ºC con pasmosa facilidad. ¡Y, encima, no llueve! Alguien pensará que es el Paraíso. Para una friolera como soy yo, esto es un Infierno. ¡No veo la hora de que se acabe el verano!
Eso sí...Tiene sus cosas buenas. Como que el día es mucho más largo y tienes la sensación de que tienes todo el tiempo del mundo de hacer lo que quieres hacer. Además, este verano están cerrando pocos comercios por la tarde en mi ciudad. Antes, se cerraban por la tarde los comercios. Ahora, por la crisis, ya no los cierran.
El caso es que me gustaría compartir con vosotros otra de mis canciones favoritas. Se trata de Don't go breaking my heart. La canción es de 1976 y es un dueto entre Elton John y Kiki Dee. Todos conocemos a Elton John, pero Kiki Dee es más desconocida.
Se trata de una cantante británica. Ella y Elton John estaban en la misma compañía discográfica y mantenían por aquella época una excelente relación, por lo que decidieron grabar juntos una canción. Fue Don't go breaking my heart (No rompas mi corazón) y os aseguro que tanto la letra como la música son preciosas. Esta canción alcanzó el primer puesto a los pocos días de salir al aire en Reino Unido. ¡No me extraña porque es una de las canciones más bonitas que jamás he escuchado!
Aquí os dejo un vídeo de la canción.




lunes, 15 de julio de 2013

ELISABETH, EMPERATRIZ DE AUSTRIA-HUNGRÍA

Hola a todos.
Se suponía, como he avisado en mis otros blogs, que iba a estar de vacaciones hasta septiembre.
Sin embargo, debido a mi carácter inquieto, no puedo estarme quieta. De ahí que esté haciendo esta entrada.
Me gustaría compartir con vosotros un fragmento de una de mis novelas favoritas. Se trata de Elisabeth, Emperatriz de Austria-Hungría. Es la biografía que la periodista Ángeles Caso escribió acerca de la Emperatriz Sissi. Tomó como base su supuesto diario personal y contó aspectos reales de su vida. Lo hizo desde una perspectiva más realista y muy alejada de la almibarada versión que nos mostraron las películas que lanzaron a la fama a Romy Scheneider. Por supuesto, tampoco tiene nada que ver con la más todavía azucarada serie de dibujos animados que emitió Antena 3 hace unos cuantos años.
El tono de la novela es más bien amargo, pero muy íntimo. Nos permite conocer a la verdadera Elisabeth de Austria. Una joven de carácter rebelde a la que casaron con un hombre que no amaba y que le fue infiel en diversas ocasiones. Que soportó el desprecio nunca disimulado de su suegra. Que tuvo una infancia desdichada. Que sufrió la traición de sus seres queridos. Que amó, pero que nunca se entregó a los hombres que amó por miedo al escándalo y al pecado. Creyente, pero sin fanatismo. Que fue separada de sus hijos a los que quiso con locura. Que vivió el momento más doloroso de su vida cuando su hijo Rodolfo (futuro heredero al trono) mató a su joven amante María y, después, se suicidó. El momento posterior al entierro de Rodolfo es relatado con tanta crudeza y con tanto dramatismo que es imposible no llorar leyéndolo, sobre todo, cuando Elisabeth se refiere a su condición de madre maldita porque sufrió la pérdida de su hija Sofía cuando ésta tenía apenas dos años. Uno casi puede imaginársela clamando al Cielo por la pérdida de sus hijos, culpándose así misma de la tragedia. Llorando desconsoladamente. Siento, como ella misma define, ese dolor que le raja las entrañas.
El fragmento que quiero compartir con vosotros pertenece al inicio de la novela. Cuando Elisabeth se presenta ante nosotros. Nos podemos hacer una idea de cómo es esta joven alegre y soñadora, con un punto de rebeldía. Una mujer que vivió en una época que no le correspondió. Que supo mantenerse fuerte ante el último día de su vida, a pesar del dolor que arrastraba tras de sí.

              Yo he oído campanillear los árboles del bosque a mi paso, las grullas me han llevado hasta las tierras pardas del sur, y he visto danzar a las hadas.

 Retrato de la verdadera Emperatriz Elisabeth de Austria.

martes, 2 de julio de 2013

CAMINANTE NO HAY CAMINO

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros este fragmento de uno de los más míticos poemas del gran Antonio Machado. Se trata de Caminante no hay camino. 

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más; 
Caminante, no hay camino; 
se hace camino al andar. 
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca 
se ha de volver a pisar. 
Caminante no hay camino 
sino estelas en la mar. 

Este poema lo podéis encontrar en el libro Proverbios y cantares.